¿Sabes qué es el autocuidado emocional?
No, no es tomarte un vino y decir “me lo merezco”.
Es no querer prenderle fuego a todo cada vez que la vida te da un susto.
Porque si tus emociones fueran una playlist, la tuya sería “caos con ritmos de ansiedad”.
Tranquilo, no estás roto. Solo estás… vivo.
Así que veamos cómo sobrevivir sin renunciar a tu humanidad.
1. El efecto Stop Motion
Tu mente corre más que político en elecciones.
El truco es simple: pausa la película mental.
💡 Prueba esto:
Cierra los ojos. Respira.
Pon tu mente en cámara lenta y pregunta:
¿Qué emoción me está montando guardia hoy?
Si lo haces bien, no detienes el mundo, pero al menos frenas el colapso.
Y oye, con eso ya es ganancia.
2. Roba trucos de los estoicos
Los estoicos no lloraban por un visto en WhatsApp.
Sabían que la mitad de las cosas no importan y la otra mitad no valen el drama.
💡 Repite conmigo:
¿Esto importará en 10 días? ¿O solo estoy aburrido?
Practica la indiferencia elegante.
3. La silla vacía
Coloca una silla vacía frente a ti.
Imagina que ahí está quien te jodió la vida, o peor: tu yo del 2015 con flequillo y exceso de optimismo.
Dile todo.
Sí, habla en voz alta.
Si alguien te ve, dile que es arte conceptual.
💡 Sirve para soltar culpas, rencores y fantasmas.
Y de paso, ensayas por si algún día te nominan a los Óscar del drama.
4. Afirmaciones de interferencia
El cerebro es como un computador viejo: se traba en lo negativo.
Cuando pienses “soy un desastre”, di “¡Error 404: autoestima no encontrada!”
¿Tonto? Sí.
¿Efectivo? También.
Cada vez que lo haces, reprogramas tu mente.
Y reírte de ti mismo es la forma más barata de terapia.
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5. Hackea el cortisol con la postura de poder
Si caminas como derrota ambulante, el cuerpo te cree.
Así que enderézate.
💡 Ritual express:
Espalda recta. Barbilla arriba. Cara de “hoy no me rompo, universo”.
Dos minutos así y el cortisol baja.
Y si no baja, al menos te ves genial fingiendo que todo está bien.
6. Despersonalización táctica
No todo lo que piensas es verdad.
(Especialmente lo que piensas después de tres tequilas).
Imagina que tu pensamiento viene de otra persona.
Respóndele como terapeuta sarcástico:
“Oh, interesante hipótesis, Freud del Carrefour.”
De pronto te das cuenta: no estabas deprimido, solo dramatizando en 4K.
7. El método japonés de los microplaceres
Los japoneses disfrutan un té y son felices.
Tú necesitas vacaciones, validación y una señal del universo.
💡 Solución:
Cinco minutos al día para notar algo bonito.
Sin grabarlo. Sin compartirlo. Solo existir.
Dopamina gratis, cero consecuencias.
8. La regla 10-10-10
Antes de mandar ese mensaje pasivo-agresivo, pregúntate:
¿Cómo me sentiré en 10 minutos, 10 días, 10 meses?
Respuesta: estúpido.
Así que mejor respira y guarda el teléfono.
9. Caja negra emocional
Los aviones la tienen, tú deberías.
Apunta tus crisis, tus reacciones y tus descubrimientos.
Es tu manual de vuelo mental: evita estrellarte dos veces por el mismo imbécil.
El autocuidado emocional no es ponerte mascarillas ni huir a Bali.
Es aprender a no explotar (ni implosionar) cada lunes.
Hazlo por ti, o al menos por la gente que tiene que aguantarte.
Pd: si llegaste hasta aquí sin distraerte, felicidades.
Tienes más enfoque que mi atención cuando escribía esto.
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Todo lo mencionado es muy interesante y creo que puede ayudar a que la mente se despeje de pensamientos que pueden influenciar en la actividad diaria.
Hola Daniel, muchas gracias por tu comentario. Es verdad todos estos consejos bien aplicados pueden ayudar en gran medida a despejar la mente a darte un respiro y a cuidarte emocionalmente. Todos hablan de cuidar el cuerpo pero poco se habla de cuidar la mente, porque sabes, muchos de los problemas mentales y psicologicos se originan por descuidar nuestros pensamientos y como una bola de nieve crecer hasta el punto de destruir nuestra mente. Cuidate mucho, te mando un gran abrazo.